junio 05, 2008

Beso

Tus labios se dibujan
en el filo de mi copa.
Y son, por casualidad,
el último trago que me queda.

Me demoro esta noche
deteniendo mi mirada
en esa marca roja
que me quema el alma.

Ese último beso
no lo diste en mis labios,
pero quedó marcado a fuego
en el cristal, frío de hielo.

Miro con tristeza
la copa que besaste,
y bebo ávidamente,
para serenar mis lágrimas.

Ya no quiero beber
de una copa marcada
por los heridos labios
de quien no volverá.